Benroth
La noche de mi cumpleaños número 6, comimos pollo al horno con papas y para soplar las velitas, mis papás me sentaron arriba de la mesa.
Mi papá se acercó con un regalo. Yo sabía bien lo que quería.
Me dijeron cerrá lo ojos. Los cerré, papá puso el paquete entre mis manos. Al tacto era posible, una caja rectangular, larga. No quería abrir los ojos. Sería demasiado tarde cuando los abriera. Todo era posible si no los abría. Los abrí, en mis manos la caja rectangular forrada en papel verde. Muy despacio empecé a abrirlo con una sonrisa. Ya me daba cuenta de lo que estaba pasando, pero mantenía mi sonrisa para mamá y papá. Una sonrisa para cuidarlos. Para que nadie se sienta mal.
Una caja de chocolate. Una caja rectangular y larga de chocolate Benroth ¡Gracias!
La sonrisa ahí con ganas de llorar, la sonrisa ahí para mamá y papá, para cuidarlos. Yo entendía, todo entendía y tenía ganas de llorar y me reía y decía ¡Gracias ma! ¡Gracias pa! Y los comprendía y perdonaba y que tonta, por un momento pensé, pero no, eso a mi no me pasa, eso le pasa a Naty, a la Anu, a la Gabi…
Abrí la caja…dijeron ellos. Bueno la abro, me gusta el chocolate. La abrí.
Entre las paredes plateadas metalizadas como en un sarcófago la Barbie Gym. La Barbie Gym con sus polainas rosas, blancas y celestes, con sus calzas fucsias, la Barbie Gym en zapatillas rubia y sonriente. No Shara Key con sus débiles muslos que se hundían o sus frágiles articulaciones que la dejaban de pronto sin una pierna. No, Barbie Gym, suave y turgente dentro de una caja de chocolates Benroth.
La noche de mi cumpleaños número 6, comimos pollo al horno con papas y para soplar las velitas, mis papás me sentaron arriba de la mesa.
Mi papá se acercó con un regalo. Yo sabía bien lo que quería.
Me dijeron cerrá lo ojos. Los cerré, papá puso el paquete entre mis manos. Al tacto era posible, una caja rectangular, larga. No quería abrir los ojos. Sería demasiado tarde cuando los abriera. Todo era posible si no los abría. Los abrí, en mis manos la caja rectangular forrada en papel verde. Muy despacio empecé a abrirlo con una sonrisa. Ya me daba cuenta de lo que estaba pasando, pero mantenía mi sonrisa para mamá y papá. Una sonrisa para cuidarlos. Para que nadie se sienta mal.
Una caja de chocolate. Una caja rectangular y larga de chocolate Benroth ¡Gracias!
La sonrisa ahí con ganas de llorar, la sonrisa ahí para mamá y papá, para cuidarlos. Yo entendía, todo entendía y tenía ganas de llorar y me reía y decía ¡Gracias ma! ¡Gracias pa! Y los comprendía y perdonaba y que tonta, por un momento pensé, pero no, eso a mi no me pasa, eso le pasa a Naty, a la Anu, a la Gabi…
Abrí la caja…dijeron ellos. Bueno la abro, me gusta el chocolate. La abrí.
Entre las paredes plateadas metalizadas como en un sarcófago la Barbie Gym. La Barbie Gym con sus polainas rosas, blancas y celestes, con sus calzas fucsias, la Barbie Gym en zapatillas rubia y sonriente. No Shara Key con sus débiles muslos que se hundían o sus frágiles articulaciones que la dejaban de pronto sin una pierna. No, Barbie Gym, suave y turgente dentro de una caja de chocolates Benroth.
19 Comments:
Extrañaba leerte. Me gustó mucho. Me encanta el clima infanto-onírico-trauma-fantaseado que creás.
un beso
Gracias Horacio, ojalá se me prenda la musiquita...
saludos
Me gustá mucho como escribís te meto entre mis vínculos.
Un Abrazo
AITOR.
Pasaba por estos lugares... felicito su trabajo,
saludos cordiales y seguiré leyendo
atte
A. Navero
Que lidno regreso a tu Blog!, hacía mucho que no había nada nuevo por aquí
Saludos
Ezequiel
www.unarazonparavivir.com.ar/blog
Simplemente maravilloso texto, de una maravillosa historia.
Cuando era chica siempre quería tener una Barbie, pero casi nunca llegaba. Me acuerdo que íbamos a la casa de una amiga que siempre tenía todos los chiches nuevos. Los últimos que veías por la propaganda, ella los tenía. La muñeca a la que le crecía el pelo, la Barbie que decía "¡Vamos a jugar con Teresa!" todo, todo. A mi hermana y a mí nos traían las barbies truchas, las imitaciones que las movías y se le salían una pierna, o se les hundía el brazo. La única posibilidad que teníamos era por parte de mi tío, que venía a visitarnos una vez por año y ahí sí, tal vez llegaba. Siempre nos peleábamos por cuál se quedaba con la mejor. Pero ahora que lo pienso: aguante la industria argentina! cuán mejores eran las muñecas ahuecadas jeje. Beso
poetasendemocracia.blogspot.com
Yo acostumbraba sacarle alguna barbie a mi hermana y hacerlas resbalar por la baranda de la bañadera.
Raro Fetiche...
Buenas, me gusta mucho lo que hay por aca...
Una nueva poesia se esta gestando, las raices de la ciudad digital se estan abriendo,
vamos a juntarnos y a producir.
Si tenes ganas, date una vuelta por aca y charlamos!
SAludos enormes
Sebakis.blogspot.com
deja vu
Mujer del sut también! Bienvenido sea! Llegue a tus palabras a través de Walter Cassara.
Un placer encontrarla por estos pagos! Hasta!
linda historia, me siento identificado en la parte en la que ponía caras para parecer contento por el regalo...
si andás aburrida, hay otro tipo de historias para leer, mucho más perdedoras!
suerte
www.manualdeperdedores.com
Lo que me sorprende es que, con seis años, pudiera abrir un regalo muy despacio....En mí, eso hubiera sido del todo imposible. Incluso hoy peco de impaciente, como si me quedara un remanente de mi ansiedad infantil.
Un saludo.
Lo siento, pero no puedo creer que comiste pollo.. A los 6 años no hay excusas, ya tenes uso de la razon suficiente para hacerte vegetariana.. No se hable mas!
La verdad haidi, a veces me desepcionas.
Che que turros tus viejos hacerte sufrir así.... se que alún día seré malo con mis hijos en esa forma... mandeles un abrazo fraterno, je.
Ésto parece escrito con un ala de mariposa. Me resulta muy áureo. Me resulta muy lindo.
¿Estaba rica?
che, queremos leerte!!
Iba a escribir lo mismo que escribí en el mensaje anterior sin recordar que ya lo había hecho. Soy insistente, se ve. Perdón.
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