martes, febrero 03, 2009

Amigo,
hoy me abrazaste en un sueño

me despertaron, inevitables: la tarde gris,
las balizas prendidas de los autos en carabana,
los árboles sin sombra sobre el césped interrumpido
por la geometría absurda donde arrojamos nuestras flores.

en memoria de Ivan Rubenoff (1985-2008).
"Suelo evocar con rencor a la gente que, mayor en mundo, tuvo mi verde destino entre sus manos -destino tan obvio o tan importante como el de cualquier mortal- y no hizo más que paralizarlo. No es que requiera la fórmula de vida ni el consejo edificante, sino que me permitieran respirar por mis propios medios y equivocarme sin inquisiciones. Con generosa intención, con protectora conciencia, Juan Ramón me destruía, y no tenía derecho a equivocarse porque el era Juan Ramón y yo nadie. Sólo alguien que esperaba el diálogo y recogía la torpeza."

María Elena Walsh
Fantasmas en el parque
Alfaguara