enroscar nuestros cuerpos de tal manera que sean y no sean a la vez
mi brazo mima un torso fantástico y encuentra una boca con el pulgar frío descubre un recoveco extrañada la mano derecha pasea por la nuca caminando de dedo en dedo descorre el pelo sobre la oreja izquierda desde el lóbulo hasta la mandíbula manteniendo el pulgar en el cuello apostado en la primera vértebra de la espalda el meñique dentro de la oreja como si fuera el ombligo y el dedo medio en carrera imposible hacia la boca con los ojos cerrados con los ojos abiertos un dedo se transforma en lengua descubro abro en excavaciones arqueológicas bocas por todo el cuerpo puedo ser correspondida con un beso tímido detrás de la rodilla un beso de labios cerrados secos y tibios como besar un pan recién horneado besar con la nariz lengua de las más indiscretas así tras los codos las axilas la ingle el vértigo de una sonrisa nueva en cada pliegue cada arruga de la panza levanto mis pechos como si fueran enormes hojas verdes miro detrás encuentro racimos dulces como si estuviera cosechando frambuesas te ofrezco y tu boca acepta golosa todas mis lenguas que nacen y se corrompen en el tiempo que tardamos en aprender.
mi brazo mima un torso fantástico y encuentra una boca con el pulgar frío descubre un recoveco extrañada la mano derecha pasea por la nuca caminando de dedo en dedo descorre el pelo sobre la oreja izquierda desde el lóbulo hasta la mandíbula manteniendo el pulgar en el cuello apostado en la primera vértebra de la espalda el meñique dentro de la oreja como si fuera el ombligo y el dedo medio en carrera imposible hacia la boca con los ojos cerrados con los ojos abiertos un dedo se transforma en lengua descubro abro en excavaciones arqueológicas bocas por todo el cuerpo puedo ser correspondida con un beso tímido detrás de la rodilla un beso de labios cerrados secos y tibios como besar un pan recién horneado besar con la nariz lengua de las más indiscretas así tras los codos las axilas la ingle el vértigo de una sonrisa nueva en cada pliegue cada arruga de la panza levanto mis pechos como si fueran enormes hojas verdes miro detrás encuentro racimos dulces como si estuviera cosechando frambuesas te ofrezco y tu boca acepta golosa todas mis lenguas que nacen y se corrompen en el tiempo que tardamos en aprender.
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