domingo, julio 16, 2006

cumpleaños

Del techo cuelgan las guirnaldas
y las flores rojas con el paso de las horas
se vuelven naranjas en las botellas-florero.
Mi cabeza tampoco logra hidratarse .


Tropiezo con algunas sensaciones huérfanas,
colillas de cigarrillos en los zócalos.

La casa fue acondicionada para festejar
y festejamos.

Ahora todo está muy quieto, aferrado, empedernido.
Los muebles siguen amontonados en una habitación.
Descalza y sin gracia atravieso los restos de la pista de baile.

Como un niño que pide upa, el nuevo año me reclama;
sostengo su cuerpo dormido, ese cuerpo que aún
no se sostiene a si mismo, sus huesos y los míos
y un leve estremecimiento, una risa que viene de muy lejos,
una calma.